La conversación fue estrictamente deportiva: de las convocatorias, de la metodología de trabajo, de cómo hacer el seguimiento a los jugadores que están lejos, de la comunicación vía celular, de los referentes del grupo. Del juego en si no hubo grandes asteriscos: más allá de los dichos de siempre, el 10, directamente, no pidió ningún esquema ni ningún estilo.
Edgardo Bauza nunca había hablado con Lionel Messi, pero las sensaciones fueron muy buenas. "Lo vi con ganas de volver, voy a hablar por teléfono y después daré la lista", dijo el Patón, desde el aeropuerto de Ezeiza, a las 4 de la mañana, dando a entender lo que todos ya palpitan: finalmente, el astro de Barcelona estará el 1 de septiembre, en Mendoza, contra Uruguay, por las Eliminatorias.
Bauza mencionó que hablaría por teléfono y eso es un asterisco importantísimo en la negociación: es que Messi pidió, luego de la reunión, tiempo para hablar con su familia y con directivos y entrenadores de Barcelona para comunicar su decisión. El Patón lo aceptó sin cuestionar, entendiendo que apenas se trataba de un día. Cuando finalice esa comunicación, el entrenador dará la lista, que ya tiene una aclaración clave: no hay renunciamientos y todos están a disposición.
Pasó un mes y medio y las fibras de la Selección argentina parecen reconstruirse: pese a la derrota en los Juegos Olímpicos y a que ya no está Gerardo Martino, todos están a disposición. Hasta Ezequiel Lavezzi sigue entrenando con la celeste y blanca, recuperándose de su lesión en el brazo, hasta durmiendo en el predio de Ezeiza. La idea es mantener la base y agregar algunos componentes. Bauza, a su vez, planifica no romper el grupo. Tras reunirse con Messi y con Mascherano, los dos líderes de esta historia, todo camina derecho y habría hasta conferencia de prensa anunciando la lista y, en ella, el regreso del ídolo.
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