A las 16:58 la Feria va cerrando sus puertas. Los visitantes poco a poco, al acercarse la hora del cierre, despejan los pasillos. Los alumnos comienzan a desarmar los stands que con tanta dedicación prepararon. Los afiches, las cartulinas se van desmontando. Se guardan los manteles, se apagan las computadoras y los proyectores. Los materiales se guardan cuidadosamente ¿Cómo tirar el trabajo que tomó semanas?
Las aulas volverán a su distribución habitual para esperar mañana nuevamente a los alumnos en otro día de clase. De la agitación, los nervios, los preparativos, las explicaciones solo quedarán los recuerdos. Una jornada cargada de trabajo y emociones baja la persiana para dar lugar a la normalidad de las clases y a la espera de las vacaciones ¡Dos semanas! ¡ Diez días! Para los más ansiosos.
Se oye el ruido de las mesas que vuelven a su lugar porque mañana, de este despliegue, ¡Ni rastros! Ocurre que así que como se reorganiza todo, se debe reordenar, aunque no queden ganas por el cansancio de estar una jornada completa pendientes de los preparativos de la Feria. Tantos días y semanas y luego de tres horas de Puertas Abiertas todo termina. Quedan los últimos souvenirs, algunos que dejaron si querer los visitantes y otros que se quedaron sin dueño.
¡A guardar! ¡A guardar!
Lo que no queda en la escuela, vuelve a los hogares con sus dueños o termina en los cestos a la espera que el recolector los recoja.
Los alumnos de secundaria que desplegaron su arte en el gimnasio, hacen un ejercicio extra: subir todos los bancos y sillas y dejarlos exactamente en el aula de donde los sacaron.
Se mezclan indistintamente chicos de primaria y de secundaria, profesores y personal del colegio. Cuentan el número de bancos por curso, verifican que corresponda con lo estipulado, continúan...
Se limpia el piso en donde el experimento sobre la potabilización del agua, desbordó en algunas muestras.
El colegio retoma su fisonomía habitual. Pocos alumnos y pocos profes marcan el final del día hasta la próxima edición de la Feria de ciencias del IPEI.
¡LOS ESPERAMOS EL AÑO QUE VIENE!