El pasado 4 de agosto Líbano y el mundo se enteraban de las dos explosiones en Beirut, originadas en un almacén de fuegos artificiales cerca del puerto de la ciudad.
La magnitud de este hecho fue equivalente a un terremoto de 3,3, dejando un saldo de 3.700 heridos y 75 muertos aproximadamente.
A días de la explosión, los barrios más pobres luchan por reconstruirse.
Hasta el momento se sabe que la explosión fue provocada por nitrato de amonio, una sustancia usada como fertilizante que también puede suele ser empleada como explosivo. En un almacén del puerto se habían guardado 2.750 toneladas.
En las imágenes del suceso que recorrieron el mundo, se puede observar cómo el incendio inicial se convierte en una onda expansiva que arrasó con todo lo que encontró a su alrededor.