Las científicas Jennifer Doudna, de la Universidad de California, Berkeley, y Emmanuelle Charpentier, de la Unidad Max Planck ganaron el Premio Nobel de Química que podría revolucionar la genética
Dos científicas lograron crear unas “tijeras genéticas” capaces de modificar el material genético. Su descubrimiento surgió de una investigación sobre cómo las bacterias se defienden de los virus, y descubrieron que este procedimiento realizado por el sistema defensivo de las bacterias podría ser usado para corregir alteraciones en el ADN.
A continuación, se les mostrará una imagen que explica el proceso de defensa inmunológica de las bacterias.
Los especialistas aclaran que hay que ser extremadamente precisos con la utilización de esta técnica, ya que a una equivocación podría cometer errores fatales.
El funcionamiento de las “tijeras” es el siguiente:
· Se extrae una célula.
· Se inserta en la célula ARN, que utiliza la proteína Cas 9 para recortar el segmento de indicado por el ARN.
El Centro de Cáncer Abramson demostró que las células inmunitarias editadas con las “tijeras genéticas” pudieron persistir, prosperar y funcionar meses después de haberlas recibido. La técnica utilizada por el equipo de investigadores es sacar las células T, se “reprograman” con CRISPR Cas9 y se reinsertan en el cuerpo. Este ensayo solo está en Fase 1 por lo tanto no es del todo aceptado. También se está investigando un tratamiento para la anemia.
Hay alrededor de 40 ensayos clínicos en proceso con estas tijeras genéticas, ninguno ha sido confirmado todavía. Esta herramienta permite explorar un mundo de posibilidades para curar enfermedades antes consideradas intratables, a pesar de que es polémico en la sociedad ya que nuestro material genético es lo que define a cada ser. Cabe destacar que hubo un experimento no aprobado con mellizas para inmunizarlas del VIH, se sospechó mucho sobre el nivel de convencimiento y consentimiento de los padres, el actor de este experimento fue arrestado y condenado a tres años de prisión.
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